Poco a poco fuimos completando el archivo, con frases muy específicas para la gente a la que mejor conocemos, y más genéricas para los menos conocidos. Y así hasta completar 200 frases para encargar el pedido en el mes de enero. El encargo lo hicimos a http://lachapiterie.blogspot.com.es, que fue la web que tenía el tamaño que queríamos y al mejor precio. Puedes elegir el diseño y los colores, y nos mandaron una prueba en JPG para que nos hiciésemos una idea de cómo quedarían y diésemos el visto bueno.
El resultado fue el esperado, y 2 días después de acordar el diseño definitivo teníamos el paquete en casa.
Después quedaba otro trabajo, no menos tedioso, de emparejar cada chapa con el nombre de la persona a la que estaba destinada. Para eso, preparamos unas cartulinas con el nombre de cada uno a las que hicimos 2 perforaciones para enganchar la chapa y pusimos un sello por la parte de detrás.
Un par de meses antes de la boda emparejamos la mayor parte de las chapas, las de los invitados que sabíamos con seguridad que no faltarían. Así, dejábamos para las semanas previas a la boda sólo un pequeño porcentaje del trabajo y un repaso cuando ya estuviese la distribución definitiva de las mesas en los últimos días.
Colocamos las cartulinas en vasitos de chato que pusimos en el centro de cada mesa el día anterior a la boda.
No sabíamos cómo recibirían los invitados más mayores este detalle, pero la verdad es que fue todo un éxito. Cuando nosotros entramos en el salón, la mayoría de la gente ya se había colocado su chapa. También preparamos chapas para nosotros mismos y nos las colocamos nada más llegar a nuestra mesa.
A pesar de que tuvimos que dedicar muchas horas a preparar todo esto, la verdad es que creo que fue el mayor éxito, así que mereció la pena.